La venta de mujeres y niñas

La ministra de Igualdad, Bibiana Aído, y la actriz británica Emma Thompson inauguraron ayer la exposición The Journey contra el tráfico sexual, que ya ha pasado con gran éxito por Londres, Viena y Nueva York. Siete contenedores con forma de tren, instalados en pleno parque de El Retiro, recogen la escalofriante experiencia de Elena, una joven moldava que con 18 años fue obligada a prostituirse en Londres.

«Es inaceptable que en pleno siglo XXI haya mujeres que están siendo vendidas y compradas como si fueran bolsos. La venta de mujeres y niñas está sucediendo aquí mismo, en Madrid, delante de nuestras narices», dijo en la inauguración la actriz Emma Thompson, que ideó esta impactante exposición en colaboración con la Fundación Helen Bamber, que atiende a víctimas de abusos.
«En Madrid tenéis una base enorme de clientes, es vuestra gente la que está creando y apoyando este mercado. ¿Conocéis a alguien que pague por el sexo? Preguntadle cómo sabe si esa mujer no ha sido vendida», afirmó la actriz, ganadora de dos Oscars.

A través de los siete contenedores, que fueron encargados a destacados artistas como Anish Kapoor, se recrea el viaje de Elena (y el de tantas otras miles de chicas que han caído en redes de traficantes cuando trataban de buscarse un futuro), desde sus sueños de infancia hasta el estigma imborrable de haber vendido su cuerpo. La exposición, de la que es imposible salir indiferente, busca concienciar y movilizar contra el tráfico de mujeres, que ha encontrado en nuestro país uno de sus principales destinos mundiales.

El 90% de las mujeres que ejercen la prostitución en España son extranjeras, y la mayoría de ellas, aunque las cifras reales nadie las conoce, han sido víctimas de la trata de blancas. Mujeres normales, que tienen familia, sueños y aspiraciones, pero que por unas u otras circunstancias acaban convirtiéndose, a su pesar, en víctimas y que una vez dentro de ese negocio infernal no son capaces de salir de él.
«No podemos ser cómplices de esto mirando hacia otro lado. Esta exposición pretende que nadie cierre los ojos. No podemos permitir que existan mujeres esclavizadas en nuestro entorno. Podemos acabar con el tráfico», afirmó Aído.

The Journey, de una crudeza que roza lo insoportable, permite al público meterse por unos minutos en la piel de esas mujeres obligadas a prostituirse. «Podrías ser tú o yo», se advierte a la entrada de la exposición.

A través de un ingenioso juego de agujeros y espejos es posible verse dentro de las ropas obscenas de varias prostitutas, oír las voces de sus clientes, y hasta respirar el ambiente fétido de la habitación en la que trabajan. La recreación en uno de los contenedores del cuarto de trabajo de Elena es el momento más impactante de toda la exposición.
Dentro de ese contenedor, el público puede ver una cama con sábanas sucias que se agita violentamente al ritmo de una relación sexual. A sus pies, condones usados. Y en la pared, una pizarra con las tarifas de cada diferente servicio. Y sobre todo, se puede respirar un olor nauseabundo, mezcla de perfume barato y semen.

«Se dice que ésta es la profesión más antigua del mundo. Por Dios, ¿cómo podemos llamarlo una profesión? ¿Acaso las chicas adolescentes se levantan un día y le dicen a su madre: Quiero ser prostituta y acostarme con 40 hombres cada día? ¡Esto no es la profesión más antigua, es la falta de oportunidades económicas más antigua!», afirmó Emma Thompson, que compagina su exitosa tarea de actriz con su activismo social. «Hace falta sacar a esas chicas de la ilegalidad y ofrecerles una oportunidad de reinsertarse».
En ese mismo sentido insistió Michael Korzinski, experto de la Fundación Helen Bamber: «La vergüenza es lo que ata a esas chicas a sus verdugos. Ellas están avergonzadas de lo que han pasado. Pero están a la vista de todos. No se esconden. Lo que pretendemos precisamente con esta exposición es sacarlas de la sombra y traerlas a la luz. Tenemos que reinsertarlas en la sociedad».

La exposición ha sido patrocinada por el Ministerio de Igualdad, justo cuando se cumple un año del Plan contra la Trata de Seres Humanos con Fines de Explotación Sexual, puesto en marcha por el Gobierno, en colaboración con el Ayuntamiento de Madrid, la Comunidad de Madrid, una serie de ONG. Y puede verse hasta el 15 de diciembre en el paseo de coches del parque de El Retiro.
«Es cierto que ninguna vamos a poder sentir lo que esas mujeres sienten, pero por lo menos proyectos como éste sirven para que seamos conscientes de que cuando estamos hablando de la trata, hablamos de personas, de mujeres y niñas que han sido privadas de sus derechos y de su dignidad», afirmó la ministra de Igualdad. 

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